El que llora, el arrobado de juglaría y el que canta para ti epinicios de oro, es que pláceme cumplirte y sonar el cálamo y obedecerte fiebre mía, luz poderosa de un río vocal donde acude mi corazón como balando.
Malva es entre las tumbas, hierba de los campos de Arganza el que aquí ha llorado buido por las lágrimas y es celoso con la tierra que pisa, el rozado por la desventura y el invadido por el relámpago y aquel que bajo un panamá de nieve se amarillea y despierto en medio del día se aleja de ti y ya es difunto porque no ha de morirse aunque aletee, aunque recorra el mundo empapado por tu ceniza y goce y no te prefiera.
Lloro por el resplandor y los geómetras y por los astros que caen de mis ojos como semillas o yámbicos y lo que dicta el azogue.
Cúmplase que he vuelto, aquel que acude a su videncia porque escrito está, porque en lo aullado da su inicio la fragancia.
Juan Carlos Mestre: Antífona del otoño en el Valle del Bierzo (1986)
Versións:

*[A versión alterna fragmentos recitados polo propio autor, Juan Carlos Mestre, e musicalizacións de Amancio Prada, deste e mais outros poemas da obra Antífona del otoño en el valle del Bierzo: Antepasados, La nostalgia es un pájaro que enciende su rumor en la noche, La montaña, Ídolo de Noceda e El valle.]
No hay comentarios :
Publicar un comentario