lunes, 6 de julio de 2015

La señora zapatera

(…)

NIÑO: (se levanta) ¡Las coplas!

ZAPATERA: ¡Las coplas! (Pausa. Los dos escuchan.) ¿Tú sabes lo que dicen?

NIÑO: (con la mano) Medio, medio.

ZAPATERA: Pues cántalas, que quiero enterarme.

NIÑO: ¿Para qué?

ZAPATERA: Para que yo sepa de una vez lo que dicen.

NIÑO: (cantando y siguiendo el compás) Verás.
                     La señora Zapatera,
                     al marcharse su marido,
                     ha montado una taberna
                     donde acude el señorío.

ZAPATERA: ¡Me la pagarán!

NIÑO: (El Niño lleva el compás con la mano en la mesa )
                     Quién te compra, Zapatera,
                     el paño de tus vestidos
                     y esas chambras de batista
                     con encaje de bolillos.
                     Ya la corteja el Alcalde,
                     ya la corteja don Mirlo.
                     Zapatera, Zapatera,
                     Zapatera, ¡te has lucido!

(Las voces se van distinguiendo cerca y claras con su acompañamiento de panderos. La Zapatera coge un mantoncillo de manila y se lo echa sobre los hombros.)

¿Dónde vas? (Asustado.)

ZAPATERA: ¡Van a dar lugar a que compre un revólver!

(El canto se aleja. La Zapatera corre a la puerta. Pero tropieza con el Alcalde que viene majestuoso, dando golpes con la vara en el suelo.)

(…)

Federico García Lorca: La zapatera prodigiosa. Acto 2º (1930)

Versións:
Esteban Valdivieso: La zapatera prodigiosa; Fumar en Berlín; 1998; Pista 9

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