miércoles, 21 de diciembre de 2016

Muerto de amor

¿Qué es aquello que reluce
por los altos corredores?
Cierra la puerta, hijo mío,
acaban de dar las once.
En mis ojos, sin querer,
relumbran cuatro faroles.
Será que la gente aquella
estará fregando el cobre.
           
 
Ajo de agónica plata
la luna menguante, pone
cabelleras amarillas
a las amarillas torres.
           
La noche llama temblando
al cristal de los balcones,
perseguida por los mil
perros que no la conocen,
           
y un olor de vino y ámbar
viene de los corredores.
           
 
Brisas de caña mojada
y un rumor de viejas voces,
resonaban por el arco
roto de la media noche.
           
Bueyes y rosas dormían.
Solo por los corredores
las cuatro luces clamaban
con el furor de San Jorge.
Tristes mujeres del valle
bajaban su sangre de hombre,
tranquila de flor cortada
y amarga de muslo joven.
Viejas mujeres del río
lloraban al pie del monte,
un minuto intransitable
de cabelleras y nombres.
           
Fachadas de cal, ponían
cuadrada y blanca la noche.
Serafines y gitanos
tocaban acordeones.
Madre, cuando yo me muera,
que se enteren los señores.
Pon telegramas azules
que vayan del Sur al Norte.
           
Siete gritos, siete sangres,
siete adormideras dobles,
quebraron opacas lunas
en los oscuros salones.
Lleno de manos cortadas
y coronitas de flores,
el mar de los juramentos
resonaba, no sé dónde.
           
Y el cielo daba portazos
al brusco rumor del bosque,
mientras clamaban las luces
en los altos corredores.
           

Federico García Lorca: Romancero Gitano (1924-1927) (1928)

Versións:
Enrique Morente: Gacela del amor imprevisto y otros fandangos*; Lorca; 1998; Pista 9



Ana Belén: Muerto de amor; Lorquiana. Poemas de Federico García Lorca; 1998; Pista 9



Vicente Pradal: Muerto de amor (Tiento); Romancero gitano; 2004; Pista 6



*[A versión musical de Enrique Morente comeza coa primeira estrofa do poema Gacela del amor imprevisto, da obra Diván del Tamarit, do ano 1940; continúa coa primeira estrofa do poema Nocturno del hueco, da obra Poeta en Nueva York, do ano 1940 (que lle serve de estribillo); continúa cos catro derradeiros versos deste poema e, remata cun fandango tradicional.]

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