miércoles, 8 de marzo de 2017

Con todos, y para el bien de todos

(*)

(…)
¡De todos los cubanos! ¡Yo no se qué misterio de ternura tiene esta dulcísima palabra, ni qué sabor tan puro sobre el de la palabra misma de hombre, que es ya tan bella, que si se la pronuncia como se debe, parece que es el aire como nimbo de oro, y es trono o cumbre de monte la naturaleza! ¡Se dice cubano, y una dulzura como de suave hermandad se esparce por nuestras entrañas, y se abre sola la caja de nuestros ahorros, y nos apretamos para hacer un puesto más en la mesa, y echa las alas el corazón enamorado para amparar al que nació en la misma tierra que nosotros, aunque el pecado lo trastorne, o la ignorancia lo extravíe, o la ira lo enfurezca, o lo ensangriente el crimen! ¡Como que unos brazos divinos que no vemos nos aprietan a todos sobre un pecho en que todavía corre la sangre y se oye todavía sollozar el corazón! ¡Créese allá en nuestra patria, para darnos luego trabajo de piedad, créese, donde el dueño corrompido pudre cuanto mira, un alma cubana nueva, erizada y hostil, un alma hosca, distinta de aquella alma casera y magnánima de nuestros padres e hija natural de la miseria que ve triunfar al vicio impune, y de la cultura inútil, que sólo halla empleo en la contemplación sorda de sí misma! ¡Acá, donde vigilamos por los ausentes, donde reponemos la casa que allá se nos cae encima, donde creamos lo que ha de reemplazar a lo que allí se nos destruye, acá no hay palabra que se asemeje más a la luz del amanecer, ni consuelo que se entre con más dicha por nuestro corazón, que esta palabra inefable y ardiente de cubano!
(…)

José Martí: Cuba: Política y revolución: Discursos revolucionarios. Obras completas, Tomo 4 (2001)

Versións:
Pablo Milanés e José Mª Vitier: Se dice cubano; Canción de otoño; 2014; Pista 7



*[Discurso en el Liceo Cubano, Tampa; 26 de Noviembre de 1891.
Invitado por el Club Ignacio Agramonte de Tampa, para tomar parte en una gran fiesta de carácter artístico-literario a beneficio del Club, Martí llegó por primera vez a Tampa a medianoche del 25 de noviembre, y el día 26 pronunció en el Liceo Cubano de esa ciudad el discurso que es conocido por Con todos y para el bien de todos (última frase del mismo).
El discurso fue tomado taquigráficamente por Francisco María González, lector del taller de Eduardo H. Gato, de Cayo Hueso.
Reproducido en hoja suelta con el título Por Cuba y Para Cuba, el discurso provocó el conocido incidente entre Enrique Collazo y Martí.
]

No hay comentarios :

Publicar un comentario